Estamos rodeados de "reglas" acerca de qué deberíamos de hacer para nuestra edad, nuestra ciudad, etc. Sin embargo, si deseamos tener una vida plena, necesitamos dejar esos "deberías" a un lado y vivir según nuestras reglas.
Esta semana subí un post a mi cuenta de Instagram, donde contaba cómo mi emprendimiento se empezó a sentir pesado. ¿El motivo? aplicar formas que se sienten bien para otros, pero no necesariamente para mí.
Siendo sincera, pensé que casi nadie iba a comentar ese post, creía que era algo que sólo me estaba pasando a mí. Sin embargo, me sorprendí con la cantidad de personas que estaban pasando por lo mismo.
Cuando llegamos a cierto nivel de autoconocimiento, el adoptar las formas de otros simplemente no es algo que sea viable. Se siente incómodo, como si te pusieras un zapato que no es de tu talla. Sin embargo, a veces podemos llegar a dudar, debido a que podemos darle más fuerza a las voces de otros que a la nuestra.
Esto aplica tanto al emprendimiento como para la vida en general: para vivir en paz, necesitamos ir construyendo una vida que se parezca a nosotros. No siempre es fácil, porque implica desafiar reglas y creencias que nos han acompañado toda la vida. Sin embargo, algo que siento que ayuda demasiado, es saber que no somos los únicos, siempre existirán otras personas que quieran vivir una vida alineada con quienes son.
No es necesario pretender hacer todo de un día para otro. Este es un camino de autoconocimiento que se puede ir dando de a pocos, amablemente, sabiendo que en ese sendero encontraremos a más personas que estén en nuestra misma sintonía.
Este post es una invitación a que, con lo que tengas disponible en este momento, de la mejor forma que puedas, vayas dando cada día al menos un paso para construir una vida que se parezca a ti.